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Estereotipos sobre la educación de los hijos. Primera parte

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“Estereotipos sobre la educación de los hijos. Primera parte”

Autor: Marquez Puescas, Danny Stuard

Estereotipos sobre la educación de los hijos. Primera parte
“LOS HIJOS SON UN REGALO DEL SEÑOR…” (Salmo 127:3 NTV)
Veamos dos estereotipos sobre la educación de los hijos:
1) Los buenos padres siempre tienen la casa ordenada. Pensamos que nuestra casa debería estar inmaculada, por lo que nos molesta mucho cuando nuestros hijos la ponen patas arriba. Sin embargo, la obsesión con la pulcritud nos puede llevar a perdernos momentos preciosos que nunca volverán. Sin querer, enseñamos a nuestros hijos que las cosas (y no las personas) son lo importante. Les inculcamos la idea de que mantener las apariencias es más importante que disfrutar de la vida juntos. Tranquilos, la casa estará ordenada antes de que te des cuenta, y silenciosa, ¡y vacía! Así que disfruta del desorden, de las risas, de las manchas en el suelo y de las marcas en las paredes. Deja que las hendiduras y los arañazos en los muebles se conviertan en recuerdos de momentos preciosos pasados con chiquillos que crecen sintiéndose amados e importantes.
2) Los buenos padres siempre deben tener razón. La escritora y madre Ann Peterson comparte algo que le conmovió en un momento de altercado con su hijo. “Por fin, a regañadientes, logré preguntarle: ‘¿Por qué siempre tienes que tener razón?’, a lo que él respondió, también a regañadientes: ‘Porque tú siempre tienes que tener razón’”. Sentí que Dios era testigo de ese momento. Sobraban las palabras. Capté el mensaje con toda claridad. Desde ese día en adelante, tener “la razón” perdió el encanto que antes le veía”. En la relación con su hijo hubo mucho menos resistencia, “algo que me habría perdido si no hubiera cedido la necesidad de tener siempre la razón”, admite la escritora. Así que, piénsalo bien antes de entrar en peleas con tus hijos. Ser buenos padres no consiste en acumular “victorias” y repartir “derrotas”, sino en disfrutar de tu familia.
Estereotipos sobre la educación de los hijos. Segunda parte
“QUIEN TIENE… HIJOS… DIOS LO HA BENDECIDO”(Salmo 127:5 TLA)
Consideremos otros dos estereotipos acerca de la educación de los hijos:
1) Los buenos padres siempre crían hijos buenos. ¡No estaría mal! Pero no es así. Incluso cuando haces todo a la perfección, tus hijos toman sus propias decisiones en la vida. Caín y Abel fueron educados en la misma casa y por los mismos padres, pero las acciones de Abel agradaron a Dios, mientras que las de Caín lo llevaron a cometer el primer asesinato de la historia. Ni siquiera los padres modelo pueden controlar las decisiones que acaban tomando sus hijos. Eso no significa, en absoluto, que inculcarles valores cristianos sea en vano. Quiere decir que cuando hayas hecho lo que está en tu mano, deberías:
a) reconocer y aceptar tus límites;
b) impartir sabiduría a tus hijos, dejándoles que carguen con las consecuencias de sus decisiones;
c) confiarle a Dios lo que tú no puedes hacer. Unos hijos captan el mensaje rápido, otros, como el hijo pródigo, dan rodeos, pero Dios nunca los da por perdidos, ni tú tampoco deberías.
2) Los buenos padres educan a todos sus hijos de la misma manera. La Biblia dice: “Enseña al niño el camino en que debe andar…” (Proverbios 22:6 LBLA). Cada niño viene programado con necesidades y capacidades únicas y los padres sabios las reconocen y tratan con esas características individuales. Tu responsabilidad no consiste en convertir a tus hijos en “niños perfectos”, sino en descubrir el patrón distintivo que Dios puso en cada uno e intentar desarrollar ese patrón. La recompensa que Dios promete a tales padres es que “cuando [el hijo] sea viejo no se apartará de él [el camino]”, (v. 6 LBLA) a pesar de los rodeos que tal vez tengan que dar.