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¿Qué podemos hacer los ciudadanos peruanos para luchar en contra de la corrupción que vive nuestro país

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“¿Qué podemos hacer los ciudadanos peruanos para luchar en contra de la corrupción que vive nuestro país”

Autor: Marquez Puescas, Danny Stuard

¿Qué podemos hacer los ciudadanos peruanos para luchar en contra de la corrupción que vive nuestro país?
Desde mi punto de vista, existen 2 acciones concretas que los ciudadanos en el Perú deberían tener en cuenta para fortalecer la lucha contra la corrupción:
1. Dejar de elegir autoridades sin el perfil adecuado para ocupar un puesto de autoridad. Esto implica que en cada proceso electoral donde se tenga que elegir a autoridades locales, regionales o nacionales se debe considerar el ideario doctrinal que el candidato abrasa y dejar de lado los sueños caudillistas por cuales parece haber una suerte de “favoritismo popular” en américa latina. El resultado de las últimas elecciones en diversos países del continente tiene un común denominador; el electorado se ha inclinado por elegir candidatos que usan palabras como “pueblo”, “derechos”, “recuperar recursos”, “asamblea constituyente”, “cambio de constitución” o “pobres vs ricos” para asumir puestos de autoridad, aunque al poco tiempo y a ver la ineficacia de dicha elección; terminan por caer en el desencanto y lo que es peor en la indiferencia frente a dichas consecuencias que en muchos casos incluyen escándalos de nivel internacional de corrupción generalizada en todos los estamentos del gobierno. La elección de autoridades debería ser ejercida no solo como un derecho sino como un deber frente a una visión de país y no solo como respuesta a caudillismos que han demostrado ser inútiles a lo largo de nuestra propia historia republicana.
2. Aprender a asumir las consecuencias de sus acciones en cuanto al respeto a normas de convivencia social. En una conversación amical de hace algunos meses, analizábamos los efectos de la pandemia y la correspondiente declaración de un estado de emergencia para responder a una pregunta puntual; ¿estamos en una época donde la conducta ciudadana es criminalizada? La inquietud nació a partir de la experiencia personal de un amigo que al ir al parque con sus hijos fue intervenido por la policía municipal porque uno de los niños olvidó ponerse la mascarilla. El agente municipal pidió al padre que se retiren del lugar porque el niño estaba poniendo el riesgo la “salud pública”. Ejemplos como este hay muchos. No pretendo en este escrito, discutir sobre la eficacia, motivaciones o aplicación de las normas de salubridad; al contrario, pretendo centrar mi opinión en un elemento clave; existen normas de convivencia social que nos guste o no, debemos aprender a respetar. En nuestro país es muy normal ver la informalidad (que se entiende como ausencia de respeto a las normas) como un elemento que nos caracteriza como sociedad. Nos pasa cuando un conductor se pasa la luz roja y al ser intervenido por un policía se llega a un arreglo para ambas partes. Nos sucede cuando fiscalizadores municipales llegan a un negocio que no tiene todos sus documentos en regla y en lugar de solucionar la situación se ofrecen ayudas administrativas para “evitar sanciones mayores”. El panorama es complejo; nos hace falta que como ciudadanos aprendamos a asumir consecuencias de nuestros actos y difundir el respeto a las leyes. La conducta individual corrupta del ciudadano de a pie tiene influencia clara en los niveles de corrupción que en la actualidad se encuentran enquistados en el poder.